Viernes por la noche

¿Qué haces tú un viernes por la noche? 

Para muchos, los viernes son ese anhelado día de la semana que se espera con anticipación y al que se le rinde culto. La contraparte de un amargo lunes donde se vuelve a la escuela, el trabajo, la responsabilidad."Gracias a Dios es Viernes", dicen muchos, y celebran el ansiado fin de semana con unos cuantos vasos llenos de licor e historias que compartir con los amigos.

¿Habrá para algunos otra alternativa a los viernes en lugar de salir a intoxicarse ligeramente y desinhibirse? Pareciera que no la hay. Todas las semanas veo a unos y otros conocidos y amigos planificar fiestas, reuniones, convivios y celebraciones donde no falta el alcohol.

Y yo... bueno, yo tengo otra historia y otras creencias.

Crecí en una familia muy apegada donde cada cumpleaños, santo y fiestas decembrinas se reúnen primos, tíos y conocidos a festejar con cenas comunes y tragos de tequila. Como los abuelos viven con nosotros, todas esas reuniones son regularmente en mi casa y por ello crecí en un ambiente falto de privacidad sin opción de evitar esos eventos donde los tíos y mi padre terminaban con pláticas de borrachos y un ambiente cargado para un pequeño yo. Es por ello que desde esos instantes de mi vida sentí aversión por ese tipo de actividades recreativas.

Por otra parte siempre he sido introvertido y algo tímido, por lo que la escuela secundaria y preparatoria fue algo diferente a lo común. Tuve amigos, claro, unos cuantos que aún conservo, pero no era comúnmente invitado a reuniones donde se comienza de manera infantil a sobrepasar límites y querer sentirse adulto.

Aunado a eso, por los tiempos de la prepa me topé con una filosofía de vida que hasta ahora rige mis principios. Surge del hardcore punk y tiene unos principios basados en no fumar, no embriagarse, no drogarse y en abstenerse de la promiscuidad (one night stands). 

Y bueno, por lo tanto, jamás me he embriagado en mi vida.

En ciertas ocasiones (una el viernes pasado en un bar donde, por cierto, la cuenta ascendió a cuatro cifras) he sido partícipe de eventos sociales con mis amigos y me ha permitido esto aprender de mí mismo y de la conducta de los demás. Desde mi lugar es curioso y divertido ver como con cada vaso de cerveza el vocabulario se vuelve más vago, se enrojecen las mejillas y se progresa hacia conversaciones más simplonas y actitudes más erráticas.

Dice un dicho que sí pasó algo bueno, bebas para festejar; si pasó algo malo, bebas para olvidar; y si no pasó nada bebas para que pase algo.

Y yo de verdad me pregunto:
¿Necesitas intoxicarte para celebrar, para de verdad vivir la felicidad? Yo disfruto de mis logros y celebro mis veladas en mis 5 sentidos, consciente, feliz y presente.
¿Necesitas alcohol para olvidar? Yo soy consciente de mi tristeza, mi coraje y mi derrota; estoy presente en esos momentos y descubro mis sentimientos, lo que hace encontrar en mi interior la salida y la solución y así levantarme.
¿Necesitas alcohol para hacer tu vida interesante?¿Lo necesitas para hablarle a esa chica o ese chico? Yo creo que no.

No condeno a los amantes del licor, y no digo que sea malo, pues también he tomado una que otra bebida, es solo que pienso que es algo que se debe estar consciente de hacer por gusto y no por presión social. Algo para hacer con medida y con propósitos de degustación. Algo de lo cual no se debe depender.

Se que no soy el único que piensa que ese ambiente es pesado, que no soy el único que no toma, que no soy el único que prefiere pasar la noche leyendo un buen libro o escuchando un disco de ese grupo que te pone la piel chinita. 

Piensa un poco con qué motivos bebes, piensa en qué se va tu dinero y piensa en cuantas noches has perdido de tu memoria por pasarte de copas. Tal vez te des cuenta de algo que te pueda cambiar.

¿Y yo que  hice este viernes por la noche? Compartir esto contigo.


Comentarios

Entradas populares